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ocupación que omiten los espacios verdes, mermando la calidad ambiental urbana
(Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible, MADES, 2021).
De tal manera, es así como deben percibirse las áreas verdes con infraestructura verde
desde diferentes enfoques para dar solución a las dificultades que plantea la ciudad (Vega,
2006). Se trata de crear áreas con infraestructura verde basadas en las necesidades en cada
territorio, accesibles a todos los que lo habitan.
La noción de “derecho a la ciudad” se basa en la idea desarrollada por Lefebvre (1969,
citado por Ugalde, 2015, p. 4) de un derecho a la “vida urbana, a la centralidad renovada,
a los lugares de encuentros y cambios, a los ritmos de vida y empleos del tiempo que
permiten el uso pleno y entero de estos momento y lugares”. Así, en el 2004 la Secretaría
Internacional Permanente Derechos humanos y gobiernos locales elaboró la Carta
Mundial por el Derecho a la Ciudad que en su artículo III trata el desarrollo urbano
equitativo y sustentable (Carta Mundial por el Derecho a la Ciudad, 2013).
Las áreas con infraestructura verde en la ciudad representan un punto importante para
el cumplimiento de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), lo cual está
contemplado en el objetivo 11, Ciudades y Comunidades Sostenibles (Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, 2015), siendo la meta 7 la que proporciona
acceso universal a zonas verdes y espacios públicos seguros, inclusivos y accesibles.
Acercarse al cumplimiento de esto permitirá reducir el impacto ambiental negativo per
cápita de las ciudades, aportando también las condiciones de desarrollo sostenible y
sustentable para el sistema urbano.
“Los espacios públicos son el lugar de esparcimiento primario y más inmediato para
los habitantes de la ciudad, e inciden en la salud física y mental de las personas. Las plazas
y parques son los lugares de recreación de los que menos tienen y también de las clases
medias, en donde todos equiparan sus posibilidades” (López, 2014, p. 1).
Según estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2006), la falta de
espacios verdes tiene un efecto negativo sobre el medio físico o ambiente, el bienestar de
las personas y las formas de socialización de los vecinos. Se diagnostica que una mejora
de los espacios urbanos reduciría las enfermedades provocadas por la contaminación
atmosférica y fomentarían la práctica de actividades físicas. Así, la ciudad se convertirá