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administración (Trujillo Flores y Rivas Tovar, 2005). Desde el punto de vista del
Goleman (1995), la inteligencia emocional es una cualidad indispensable para el
desarrollo integral del ser humano. Puede resumirse en: conocer las emociones propias,
habilidades para manejarlas, motivarse a sí mismo, habilidad de reconocer las
emociones de los demás y la capacidad de establecer relaciones sociales.
Existen números modelos sobre inteligencia emocional, pero uno de los más
destacados es el Modelo de las Competencias Transversales, desarrollado por Baron en
1997, el cual define a la Inteligencia Emocional como “un conjunto de capacidades,
competencias y habilidades cognitivas y no cognitivas, que influencian la habilidad
propia de tener éxito al afrontar aspectos del medio ambiente” (citado por Brito,
Santana, y Pirela, 2019, p. 28).
La estructura del modelo de Baron (1997) se encuentra integrada por cinco
componentes principales, que se desglosan en 15 factores. La Inteligencia Intrapersonal
es el primer componente, definida por Martínez Zarandona (2005) como un compendio
de sentimientos y pensamientos íntimos, que logran facilitar la relación entre el mundo
interno de un individuo y su experiencia exterior (García Gómez, 2006). Se conforma
por los subcomponentes Comprensión emocional de sí mismo, Asertividad,
Autoconcepto, Autorrealización e Independencia; el segundo componente es el de
Inteligencia Interpersonal, incluye, la Empatía, las Relaciones Interpersonales y la
Responsabilidad Social, y “es la representación de estados internos de otras personas
(considerándolas como objetos sociales), los cuales incluyen complejas estructuras
como son las intenciones, preferencias, estilos, motivaciones o pensamiento, entre
otras” (Castelló y Cano, 2011, p. 24); el tercer componente es el de Adaptabilidad. La
adaptación en este contexto no hace alusión a una actitud pasiva o reactiva, sino a una
activa e interactiva, lo cual necesariamente incluye el hecho de adaptar el entorno a las
necesidades y demandas propias y con ello, hacer que sea vivible o habitable (Fierro,
1997). La adaptabilidad según el modelo de las competencias transversales se integra
por los subcomponentes Solución de problemas, Prueba de realidad y Flexibilidad; el
Manejo del estrés es el cuarto componente. La conducta de afrontamiento hacia el
estrés, es de suma importancia debido a que, además de ser principal protagonista para
lograr el dominio de las demandas en una situación estresante, establece la manera en la