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Las pequeñas y medianas empresas son el motor de la economía regional debido a que
representan el sector con mayor cantidad de empleados activos, empleando al 60% de la
población y de empresas, que representa el 99,5% de las empresas (BID, 2020). El impacto
producido por la pandemia COVID-19 causó una crisis sin precedentes, que generó el cierre de
2,7 millones de empresas, equivalente al 19% de empresas en la región y la pérdida de trabajo
de más de 8,5 millones de personas (CEPAL, 2020). Como consecuencia de esto, los gobiernos
han salido a socorrer a los distintos sectores con medidas de asistencia: planes sociales,
impositivos, financieros, etc. A su vez, en este nuevo contexto se presentan distintas fuerzas
que marcan la futura normalidad y que tendrán efectos sobre las PYMES, muchas se adaptarán
y otras quedarán en el camino si no reciben la ayuda necesaria (Aguirre, Rusconi, Turano,
Todesca, & Zapata, 2020).
El año 2020 fue complejo para la comunidad mundial. La propagación del nuevo
coronavirus, causante de la enfermedad conocida como COVID-19, dio lugar a una crisis
sanitaria sin precedentes en todos los países del mundo, una crisis que tuvo repercusiones graves
e inauditas en todos los aspectos de la comunicación, el trabajo, la producción, el comercio, el
consumo y, en definitiva, la vida de las personas. Las consecuencias económicas de la pandemia
se han dejado notar rápidamente. Las pequeñas y medianas empresas (pymes), que
proporcionan el 70 % de los puestos de trabajo y desarrollan alrededor de la mitad de la
actividad económica en todos los países del mundo, han estado en primera línea, sometidas al
estrés de ver cómo trabajadores y clientes permanecían confinados en sus hogares y cómo el
cese de las operaciones ponía a prueba las cadenas de suministro (Centro de Comercio
Internacional, 2020).
El estudio expuesto por la CEPAL menciona que la gran mayoría de las empresas de la
región han registrado importantes caídas de sus ingresos y presentan dificultades para mantener
sus actividades: tienen serios problemas para cumplir con sus obligaciones salariales y
financieras, y dificultades para acceder a financiamiento para capital de trabajo. Aunque la
crisis afecta a todas las empresas, el impacto será mucho mayor en el caso de las microempresas
y las pymes por su peso en la estructura empresarial de la región, en que se traducirá en grandes
cierres de empresas y pérdidas de puestos de trabajo. Sobre la base de los diagnósticos de las