N°: 3
CARRERA: DOCTORADO EN EDUCACIÓN Y DESARROLLO HUMANO
AÑO: 2017
AUTORA: SUSANA MARTHA ROMERO DE CÁCERES
RESUMEN:
El acceso a la universidad supone un cambio importante en el individuo que puede repercutir en su estilo de vida personal y profesional. Todo ello convierte a este segmento de la población en un grupo especialmente vulnerable desde el punto de vista alimentario. Mantener hábitos saludables en la Universidad, como parte de nuestra vida, es fundamental para tener un universitario sano y una sociedad sana. La presente investigación “La importancia que presenta la alimentación para los jóvenes que estudian en la universidad”, se llevó a cabo con el fin de incrementar el conocimiento de la realidad por sí misma, las informaciones recopiladas servirán de base para ir construyendo conocimiento. El objetivo de la investigación es la de conocer los hábitos de alimentación de los jóvenes que estudian en la Universidad, para proponer un programa de formación de los hábitos alimentarios. El universo de investigación está constituido por doscientos alumnos universitarios de entre 13 y 25 años de edad. Con observación directa no participante, estudiando los fenómenos que se dan a corto plazo, observando directamente el comportamiento de interés en el momento mismo en que sucede y la entrevista semiestructurada. Se analizaron aquello que comen y beben a diario, así como sus hábitos alimentarios. Se valoraron antropométricamente por índice de masa corporal (IMC), cincuenta estudiantes. La investigación ha sido conducida a través de la descripción y el análisis de los conceptos y razonamientos empleados por los sujetos actuantes. Como una forma de validar los hallazgos, tomando el método cualitativo, se emplea la triangulación para examinar los datos. Se usan dos fenómenos cualitativos de estudio, investigaciones de otros autores y la entrevista para evaluar el mismo fenómeno de estudio. Ambos datos se analizan separadamente y luego se comparan. En conclusión, los estudiantes identifican la importancia que presenta la alimentación, en ésta etapa académica, sin embargo, se percibe que la falta en la disponibilidad de tiempo, la falta de información nutricional y el factor económico que condiciona el tipo de alimento, variedad, número de comidas y la calidad del mismo, caracterizan su estilo de vida y condicionan su salud. Como jóvenes universitarios adquieren autonomía para decidir comidas y horarios. Los factores sociales, culturales y económicos, además de las preferencias alimentarias, contribuyen al cambio de un nuevo patrón de consumo alimentario de manera importante. Adoptan los hábitos alimentarios que práctica el grupo social al que ahora pertenecen. Sin embargo, ven la necesidad de recibir en sus planes de formación profesional estos contenidos en forma transversal. Si bien la formación en hábitos de alimentación saludable no es exclusiva de la universidad, estos cada vez tienen un rol más protagónico. Al analizar el IMC encontramos a 35 jóvenes normopeso (NP) que representan al 70%. (de 20 a 24.9 kg/m2), supera la mitad de la población estudianda (50 jóvenes), que realizan diariamente ejercicios físicos, trabajan, duermen seis u ocho horas diarias y asisten regularmente a clases. Sufren de sobrepeso y obesidad 15 jóvenes, representan al 30 %. Son los que duermen más horas, realizan poca actividad física y se pasan comiendo frente a una computadora o al televisor. Algunos trabajan. No asimilan sus lecciones, asisten irregularmente a clases, se cansan, son apáticos, se distraen con facilidad y abandonan sus estudios. Además, los ciento cincuenta jóvenes restantes, no sometidos al IMC, reconocen no realizar ejercicios físicos diarios, siendo que la inactividad física supone un determinante cada vez más importante de la salud. Problema generalmente asociado al cambio de patrones de conducta en la universidad, que derivan hacia estilos de vida más sedentarios, poco favorables, donde la facilidad de adquirir un medio de transporte ha disminuido la necesidad del ejercicio físico en las actividades de la vida diaria, Un estilo de vida físicamente activo se asocia a costumbres más saludables y a una menor incidencia de tabaquismo y otros hábitos tóxicos. Al analizar el consumo de alimentos de los estudiantes universitarios, se observa en todos los grupos que la ingesta de energía es deficitaria. Es inferior a las recomendaciones nutricionales, lo cual podría también atribuirse al intervalo de edad en el que se encuentra el grupo de población estudiado (18-25 años). Se observa en los jóvenes universitarios una preocupación creciente por mantener o conseguir una imagen corporal delgada, tanto en varones como mujeres. Estos resultados coinciden con los obtenidos en la población general de países desarrollados, en los que los hábitos sociales y culturales motivan la sustitución de los carbohidratos de la dieta por proteínas (presentes en todas las células del cuerpo, esencial para el crecimiento) y lípidos (principal reserva energética del organismo). Donde además se observan disconformidades con el peso, lo que les conduce a realizar dietas de adelgazamiento y a unas conductas alimentarias incorrectas como reducir el número de ingestas diarias, cambiar la ingesta de varios alimentos. La alimentación satisface una necesidad biológica, primaria, del hombre. Los alimentos son el combustible que permite el buen funcionamiento del organismo. Son todas aquellas substancias energéticas y nutritivas que el cuerpo necesita para mantener su metabolismo sano y equilibrado. Cuanto mayor sea la formación en nutrición del individuo, mejores serán sus hábitos alimentarios. La historia de la alimentación nos muestra que éste factor siempre se ha tenido en cuenta, pero hoy empieza a ser considerado prioritario y esencial por el estudiante universitario. Emerge la idea de una dieta Óptima, que los permita sentirse saludables y con energía, pilar fundamental para el estudiante universitario. Esta etapa es decisiva para promover la salud y generar cambios saludables.
PALABRAS CLAVE: Alimentación. Hábitos. Obesidad. Sobrepeso.