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Encarnación, Paraguay.
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Padre Kreusser, entre Honorio González e Independencia Nacional
Encarnación, Paraguay.
El día viernes 17 de noviembre de 2023, la Universidad Autónoma de Encarnación (UNAE) otorgó el grado de Doctor Honoris Causa al Dr. Benjamín Barán, en virtud de su invaluable contribución de más de 45 años al desarrollo de la ciencia computacional en nuestro país, el mundo, y su inmensa dedicación a la formación de investigadores.
El Dr. Barán Cuenta con más de un centenar de artículos publicados en prestigiosas revistas internacionales y ha recorrido como docente en cuatro continentes alrededor del mundo, aportando e investigando en las áreas de la Inteligencia Artificial, Algoritmos Bio-inspirados, Optimización y sus aplicaciones, Redes ópticas, Computación en la nube, Computación Cuántica y Ciencia de los Datos.
Discurso de Benjamín Barán – DHC UNAE 2023
Distinguida Señora Rectora de la UNAE, Dra. Nadia Czeraniuk.
Distinguidas autoridades, estimados colegas.
Muy queridos familiares y amigos:
En febrero de 1977, hace ya más de 45 años, ingresaba lleno de ilusiones a la Universidad Nacional de Asunción - UNA, como alumno de la entonces Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas. ¡Parece ayer!
Esta prestigiosa institución me abrió las puertas al mundo del conocimiento de la mano de grandes maestros como Francisco Pujol, Ángel Pascual Secchia, Horacio Feliciángeli, y tantos otros como la Dra. María Teresa Caggiano, a quien considero mi madre intelectual, pues me dio la oportunidad de iniciar mis primeras actividades docentes como Ayudante de la Cátedra de Física al año de haber ingresado, construir con el liderazgo del Prof. Mario Gallardo el primer LASER en Paraguay e iniciar mis primeras actividades científicas en el Centro de Investigaciones Ópticas de La Plata – Argentina, con una beca del CONICET, todavía en la década de los 70s.
Fue en la Universidad Nacional de Asunción donde quedé maravillado con las clases de electromagnetismo del Prof. Reinaldo Welti, luego orientador de mi tesis sobre fibras ópticas, mi mentor, mi padre intelectual, hoy mi consejero, mi amigo personal. Fue justamente el Dr. Reinaldo Welti quien me aconsejó que, si deseaba hacer ciencia en Paraguay, necesitaba proseguir mi vida profesional en el exterior por una década para volver con la madurez necesaria para iniciar una dura tarea en un país sin tradición científica en ciencias duras, y así, con su apoyo, se iniciaron las oportunidades de becas, primero a Japón, luego a Estados Unidos para una Maestría y Brasil para el Doctorado. Fue una década que pasó volando, casi como un instante milagroso, una década en la que logramos formar familia con Rosana, el gran amor de mi vida, mi Sancho Panza, mi cable a tierra, una década en la que llegaron nuestros 3 hijos, 2 de los cuales (Anahi y Michel) me honran hoy con su presencia en esta sala permitiendo adornar nuestras vidas con maravillosos nietos: Raphi y Nathan. Gracias mi Lochy por tanto amor, en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad.
Pagado el alto precio del desarraigo por una década, regresamos a la patria en 1994 llenos de esperanzas e iniciamos la búsqueda de espacios de desarrollo académico y científico para ganarnos la vida. Esta bella tierra muy pronto me ofreció la oportunidad de liderar un grupo de investigación en el CNC a mediados de los 90s, coordinar la primera Maestría científica en Ingenieria de Sistemas que luego se fue transformando en una Maestría en Ciencias de la Computación, para verla hoy cristalizada en un Doctorado pujante en esta FPUNA que sigue marcando rumbos, dando frutos prometedores que auguran un futuro mejor para la patria querida. ¡Resulta maravilloso ver que este legado sigue pujante en manos de mis ex – alumnos, aun después de tantos años de haberme jubilado!
¡Qué años inolvidables aquellos!
Bajo el liderazgo de una “jefecita” maravillosa que dejó huellas profundas en mi vida, mi siempre recordada y querida Prof. Blanca Troche de Trevisán QEPD, tuve el honor de ser el ingeniero responsable del primer enlace satelital para Internet del Paraguay en el CNC, conformar el primer grupo de investigación permanente en computación avanzada publicando docenas de trabajos científicos como nunca antes en el país, coordinar los primeros postgrados científicos en computación avanzada.
Mirando atrás, parecen hoy los mejores años profesionales de mi vida.
Desde la docencia científica tuve la oportunidad de conocer a jóvenes talentosos, brillantes, dispuestos a trabajar arduamente en un proyecto de investigación, aunque la paga sea insignificante, incluso nula en varias oportunidades. Con cada proyecto de investigación encontraba un joven talentoso que se convertía en un gran profesional, un investigador reconocido, un amigo que aprendí a querer como a un hijo, una esperanza para nuestro querido Paraguay. Fueron varias docenas, tal vez centenares de jóvenes con quienes compartí pasión por la ciencia, trabajo arduo (casi desmedido), sueños y esperanzas en duros momentos cuando ni el CONACYT existía en Paraguay, cuando la investigación científica en tecnologías de punta parecía imposible en el país.
Son estos ex – alumnos, hoy brillantes profesionales, los que han dado verdadero sentido a mi vida profesional, documentando con artículos científicos y proyectos de investigación el trabajo realizado. Para mí, estos “hijos prestados” que acompañaron mi sendero por la ciencia representan el más importante de los legados profesionales que pueda dejar.
¡Gracias por soñar junto a mí, por permitirme que aportemos juntos a un futuro mejor!
Y ya que estoy dando las gracias, ruego disculpen que tome unos minutos para agradecer a las maravillosas personas que acompañaron mi vida para llegar a este momento tan feliz.
A mi amada madre, que hubiera querido estar aquí presente, la baba Betty, la matriarca que siempre supo estar en el lugar correcto, con la palabra justa, en el momento preciso. A mi padre QEPD, que supo sentar las bases de la honestidad, el esfuerzo y el respeto a pesar de dejarnos muy joven, aún antes de que pueda culminar mis estudios.
A mis amados hijos Taly, Anahi y Michel, que lograron sobrevivir a un padre muy estructurado, me enseñaron más que nadie lo que significa la vida y me permitieron proyectar un futuro mejor, incluso hoy, llenando nuestros espacios con nietos maravillosos que iniciaron una nueva etapa en nuestras vidas.
A mis hermanitos Pascual y Leticia que hoy no me pudieron acompañar personalmente, por el gran equipo que conformamos, sumando cuñados y sobrinos que llenaron de algarabía y felicidad nuestras vidas.
A mis queridos amigos que con paciencia toleraban mis largas jornadas haciendo malabarismos entre la ciencia y el trabajo, sacrificando momentos juntos, pero igual allí siguen, apoyando y regocijando nuestras vidas.
Quiero además expresar mi gratitud sincera a esta prestigiosa casa de estudios, la Universidad Autónoma de Encarnación (UNAE), en las personas de sus fundadores, mis ya queridos amigos Nadia Czeraniuk y Helmut Schaefer, por honrarme con esta distinción que pasa a adornar mi vida profesional, felicitando a todas las autoridades de la institución por la extraordinaria labor que vienen realizando, por el aporte que vienen haciendo a la sociedad formando jóvenes que construirán el futuro de esta patria, por lo construido en la Asociación Paraguaya de Universidades Privada (APUP) donde tuve el honor de conocerlos.
¡Hay tanto que agradecer!
Fueron 45 años maravillosos llenos de milagros y alegrías. Muchas batallas contra molinos de viento quedaron atrás.
También se pasaron varias tormentas, como dilectos ex – alumnos que ya partieron a su morada definitiva, pero con quienes dejamos artículos científicos para que sus aportes sigan acompañando el crecimiento de la ciencia.
Claramente, las vivencias compartidas, los logros internacionales, los premios científicos y tantas otras alegrías, superaron con creces a los sinsabores ocasionales y el balance resulta altamente positivo, porque hoy veo jóvenes talentosos caminando por los prometedores senderos de la ciencia que llevan a la era del Conocimiento, una meritocracia que reconoce cada vez más los esfuerzos y la capacidad creadora, una patria que lucha por construir un futuro mejor con nuevas oportunidades que no existían, como la Comisión Nacional de Ciencias y Tecnología – CONACYT, que hoy me honro en presidir o las Becas C.A. López.
Entrando en la Era del Conocimiento, Paraguay puede construir un futuro venturoso para sus hijos apoyando a sus talentos en la ciencia con crecientes oportunidades de superación, persistencia en la educación en todos sus niveles, trabajando en armonía por un bien común aún en las diferencias, premiando justamente la meritocracia, soñando juntos un futuro mejor que podrá ser construido con perseverancia, trabajo en equipo y dedicación, dando a la ciencia su justo valor.
¡Quedo definitivamente recompensado y agradecido con esta bella patria que me permitió florecer, agradecido con la vida misma, por haberme dado tanto!
¡MUCHAS GRACIAS por acompañarme en este momento tan especial!
¡Gracias Universidad Autónoma de Encarnación por este inolvidable momento!
¡GRACIAS A LA VIDA!
Repercusión de la prensa:
https://www.ultimahora.com/otorgan-reconocimiento-del-doctorado-honoris-causa-a-destacado-investigador-paraguayo
https://www.abc.com.py/nacionales/2023/11/28/otorgan-reconocimiento-doctor-honoris-causa-a-benjamin-baran-titular-del-conacyt/